REFLEXIONES SOBRE LOS ROLES EN EL PROCESO DE ENSEÑANZA EXPERIENCIAL EN BALONMANO

El balonmano, como cualquier otro deporte, requiere de una adecuada enseñanza y aprendizaje para lograr un desempeño óptimo. Dentro del proceso educativo del deporte, se encuentran diferentes roles, y es esencial entender la importancia de cada uno de ellos para alcanzar el crecimiento tanto del jugador como del entrenador. En ese sentido, el presente artículo pretende reflexionar sobre la importancia del reparto de roles en el proceso de enseñanza-aprendizaje, basándose en la metodología aprender-haciendo.

Primero, es crucial reconocer la importancia de desafiar y cambiar el paradigma educativo tradicional, en el que el entrenador es el único protagonista del proceso de enseñanza, y el jugador tiene un rol pasivo y limitado a obedecer y consumir conocimientos. En una educación experiencial como, es fundamental fomentar el intercambio y colaboración entre todas las partes involucradas.

Para entender mejor el reparto de roles en el proceso de enseñanza experiencial en balonmano, es vital tomar en cuenta los siguientes aspectos:

1. el jugador enseña al entrenador: el jugador también puede compartir sus conocimientos y habilidades, aprendidos en otros contextos, con el entrenador. Esto puede enriquecer el entorno educativo y permitir una mayor adaptabilidad a las necesidades específicas de cada individuo.

2. el entrenador aprende del jugador: El entrenador  también puede beneficiarse al aprender de los jugadores, ya sea descubriendo nuevas formas de entender el balonmano o simplemente escuchando la vivencias que tiene el jugador durante la práctica del balonmano. Esto le permitirá ser un entrenador más empático y efectivo.

3. El jugador aprende del entrenador: El jugador, por supuesto, sigue siendo el principal beneficiado de este proceso, ya que aprenderá del conocimiento y experiencia del entrenador, siempre en un contexto de respeto, comunicación y colaboración.

4. El entrenador  enseña al jugador: A pesar de la conexión bidireccional, el jugador sigue siendo el principal punto de referencia para el aprendizaje del alumno en el deporte. Es necesario mantener esta función, aunque siempre en un marco de humildad, que permita el crecimiento conjunto.

Asimismo, esta metodología aprender-haciendo incita al docente a mantener una mente abierta en todo momento, permitiendo que las experiencias y errores compartidos en el aprendizaje se conviertan en herramientas valiosas para mejorar. Solo de esta manera se pueden obtener los mejores resultados tanto en el deporte como en el crecimiento personal de todos los participantes en el proceso educativo.

En conclusión, es fundamental reconocer y promover el reparto de roles de una manera más equitativa y colaborativa en el proceso de enseñanza-aprendizaje del balonmano, siguiendo la metodología de aprender-haciendo. Esta transformación permitirá el crecimiento de todos los involucrados y el logro de un éxito compartido en la práctica deportiva y educativa.

Reafirmar que todos pueden aprender de todos es clave para abrir las posibilidades de un aprendizaje basado en la experiencia y la transformación personal. Desafiar y cambiar el paradigma educativo tradicional en este campo puede generar resultados sorprendentes e innovadores, permitiendo el desarrollo integral de quienes conforman el balonmano y, por ende, el deporte en sí mismo.

MANUEL VELA. ENTRENADOR DE BALONMANO


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